El café de los viernes - Ser madre


Si estuviéramos tomando un café os contaría... 

... que este domingo celebramos el Día de la Madre. El café de hoy me gustaría dedicárselo a todas las madres.

... que he tenido la suerte de vivir dos maternidades distintas, en dos momentos distintos de mi vida. Tuve a mi primera hija con 24 años, tengo la experiencia de una madre joven. Después de los 35 he tenido tres hijos más, la pequeña cerca de los 40, con lo cual tengo la experiencia de una madre "no tan joven". Pues si algo tengo claro es que no soy una madre experta.

Si estuviéramos tomando un café os diría lo que me ha enseñado la maternidad....

... que igual que los adultos somos únicos, cada hijo es diferente; a veces nos empeñamos en buscar el origen de estas diferencias en la educación que les hemos dado, en cómo fue el embarazo, en tu momento personal... sinceramente creo que somos diferentes y punto, además estas diferencias me parecen maravillosas y la gran riqueza del ser humano. Me parece muy importante respetar esta individualidad.

... que la vida de nuestros hijos no nos pertenece, que nosotros tenemos la nuestra y ellos tienen la suya. No podemos empeñarnos en que nuestros hijos tengan la vida que a nosotros nos gustaría tener o la misma que tenemos; llega una edad en la que ellos deciden, los podemos aconsejar, los podemos apoyar, los podemos acompañar, pero es su vida y no la nuestra. Esto me ha costado admitirlo, pero es así.

... que, como todo en la vida, tanto una maternidad temprana como una maternidad tardía tienen sus ventajas e inconvenientes. Cuando eres joven tienes energía, mucha energía, no conoces el cansancio; la diferencia generacional es menor, algo que viene bien cuando los niños van creciendo. Sin darte cuenta un día tienes a tu lado a una persona con la que compartes aficiones, gustos, conversaciones, diversión, casi en un plano de igual a igual; no llega a ser tu amiga, pero se acerca bastante.

... cuando eres madre a una edad más adulta eres mucho más consciente de lo afortunada que eres con la familia que has construido, tienes mucho más claro lo que te importa y lo que no, eres más moderada y reflexiva, lo que te lleva a disfrutar de los buenos momentos y que no se te vaya la vida con los menos buenos.

... que no hay fórmula mágica ni magistral para la educación de nuestros hijos, lo que con unos funciona con otros no; a base de experiencia y, en ocasiones, de ensayo y error vas consiguiendo tus objetivos.

... que nuestros hijos nos dan lecciones maravillosas, nos hacen crecer y evolucionar; todo esto no quiere decir que sin hijos no lo vayamos a conseguir, yo os cuento la experiencia que conozco, la que he vivido.

Si estuviéramos tomando una café os confesaría que no soy la madre perfecta, que estoy muy lejos de serlo; tampoco sé cómo es la madre perfecta. La madre que soy es la madre que mis hijos me han enseñado a ser.

¡Feliz fin de semana!

4 comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...